viernes, 26 de junio de 2020

Elizabeth Merino. Por Hugo Moffet

En una oportunidad del año 1978 aproximadamente, estando en una céntrica pastelería de Concepción siento unas risas infantiles acompañadas de un parloteo carioca... eran tres garotinhas rubias preciosas en pleno chacoteo... seguí en lo que estaba, cuando siento una voz algo conocida diciéndome huuuuugo...!, me volví y la dueña de esa voz no era otra que LA CHABEEEELA...!
Fue un encuentro cargado de alegría y recuerdos. Las niñas eran sus hijas. Ella vivía en San Paulo y estaba de visita acá en Quillón.
Recordamos nuestra práctica en el fundo de los Yaconi en Pelarco y la masacre de que fuimos víctimas y lo anémicos que nos dejaron los zancudos.
Diríamos que fue la última vez que la vi.


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